LOS TENTÁCULOS DEL NARCOTRÁFICO

Language: ES
Type: Contributed Column
Publication: Nuevo Herald, El (Miami, FL)
Location: Section: Perspectiva Edition: Final Page: 23A
Author: ISAAC LEE, Especial/El Nuevo Herald
Date: March 17, 2006
Copyright: Copyright (c) 2006 The Miami Herald

 

Nuevo Herald, El (Miami, FL)
May 17, 2006
Section: SECTION: Perspectiva
Edition: EDITION: Final
Page: PAGE: 23A
Memo:PERSPECTIVA

LOS TENTÁCULOS DEL NARCOTRÁFICO
SOURCE/CREDIT LINE: ISAAC LEE, Especial/El Nuevo Herald

``En 30 años de servicio público nunca creí que la maldición del narcotráfico, que he combatido durante toda mi vida, llegara a mi propia casa''. Así, de manera lacónica y con una expresión que reflejaba el dolor que acompañaba sus palabras, se refirió el general Oscar Naranjo, director de la Policía Judicial de Colombia, DIJIN, al arresto en Alemania de su hermano Juan David en una investigación por posesión de estupefacientes.

Naranjo, uno de los oficiales más respetados en Colombia por su larga y decidida lucha contra las mafias del narcotráfico, a las que ha propinado los más duros golpes -desde la muerte de Pablo Escobar, a la que hizo una gran contribución, hasta el desmantelamiento del Cartel de Cali-, citó a mediados de la semana una rueda de prensa para informarle al país de la que, para él, era la noticia más triste de su vida. Y lo hizo con altura, como corresponde a su condición.
``Aunque se trata de una tragedia familiar, siento la necesidad ética, moral y profesional de contarle al país la pesadilla que estoy viviendo'', dijo con voz entrecortada. Y lo hizo a pesar de que las mismas autoridades alemanas le habían sugerido guardar un prudente silencio mientras concluían la investigación.

Naranjo conoce como nadie los largos tentáculos del narcotráfico y sabe que la mejor manera de enfrentarlo es poniendo la cara. No es difícil imaginar el botín que representa para las mafias el poder enlodar el nombre de un familiar tan cercano a su peor enemigo. Ya en varias ocasiones intentaron hacerlo con él y no pudieron.

Por eso el enorme valor de su acción. En un país acostumbrado a escuchar toda clase de disculpas cuando alguien es cuestionado por sus actuaciones o las de sus familiares -``no sabía'', ``esto es un montaje'', ``todo esto ha sido tomado fuera de contexto''-, las palabras de Naranjo resonaron como en un yunque: ``Tengo confianza plena en que las autoridades alemanas han procedido con total profesionalismo y verticalidad, y espero que actúen con todo rigor''.

Los colombianos no esperábamos menos de un hombre que durante tantos años se ha dedicado -poniendo en riesgo su vida y la de su familia- a combatir un mal que nos persigue como estigma por todos los rincones del planeta. Pocas personas pueden mostrar una hoja de vida como la suya.

El primer hijo de un general de la policía colombiana -su padre, Francisco, dirigió la institución a comienzos de los años 80- en llegar también al rango de general, Naranjo no sólo se ha convertido en un símbolo de la lucha contra las mafias en su país, sino en el mejor aliado del mundo en su guerra contra las drogas.

Por eso no extrañó a nadie la gallardía y el valor de su actitud: ``desde la distancia infinita con la conducta asumida por Juan David, pero con el amor que le tenemos como hijo y hermano, pedimos a Dios que lo ilumine y lo fortalezca para que enfrente con toda entereza su situación''.

Copyright (c) 2006 The Miami Herald