UN DECENIO PROVECHOSO

Language: ES
Type: Contributed Column
Publication: Nuevo Herald, El (Miami, FL)
Location: Section: Perspectiva, Edition: Final, Page: 17A
Author: ISAAC LEE
Date: July 2, 2004
Copyright: Copyright (c) 2004 The Miami Herald

 

Nuevo Herald, El (Miami, FL)
July 2, 2004
Section: SECTION: Perspectiva
Edition: EDITION: Final
Page: PAGE: 17A
Memo:ISAAC LEE

UN DECENIO PROVECHOSO
SOURCE/CREDIT LINE: ISAAC LEE, Especial para El Nuevo Herald

El ex presidente de Colombia César Gaviria Trujillo termina en septiembre una gestión de diez años como secretario general de la Organización de Estados Americanos, OEA. Y como sucede siempre en estas ocasiones, ya comienzan a hacerse todo tipo de balances.

La mayoría de quienes han expresado su opinión hasta ahora han hablado de ``resultados mixtos'' o de ``división de opiniones'' en torno al de-

sempeño de Gaviria. Han alabado su personalidad, pero han criticado su falta de resultados en algunos de los múltiples retos que tuvo que enfrentar.
Pero aun los más duros con la gestión del ex presidente han reconocido las múltiples limitaciones de su cargo. En palabras de Michael Shifter, experto en la región del Diálogo Inte-

ramericano, con sede en Washington, ``el secretario general de la OEA es tan eficaz y tan exitoso como los miembros de la OEA quieren que sea''.

Yo concuerdo plenamente con esa afirmación. No es fácil conciliar los intereses de los 34 países miembros de la organización. Pero creo que el gran mérito de Gaviria estuvo, precisamente, en enfrentar esa limitación, saliéndose en ocasiones incluso del férreo libreto al que está sometido el secretario de la OEA.

El caso de Venezuela es el más ilustrativo. Gaviria se dedicó en la última etapa de su mandato, con dedicación y tenacidad, a buscar una salida pacífica para el conflicto venezolano. A la impaciencia de sus críticos -y de la propia oposición venezolana- sobrepuso sus convicciones y logró -con la colaboración del Centro Carter- que el presidente Chávez aceptara el referendo revocatorio, que se debe realizar en agosto.

Aunque muchos no lo acepten, ese resultado está ligado con otro de los logros de la gestión de Gaviria: la aprobación de la Carta Democrática Interamericana, en septiembre de 2001.

A pesar de las ambiciones dictatoriales de Chávez, la Carta pesó como espada de Damocles sobre su cabeza, y al final tuvo que tragarse el ``veneno'' de su propio reclamo sobre el origen democrático de su mandato. Y tuvo que hacerlo porque sobre él pesaba una gran presión internacional.

Una de las preocupaciones de Gaviria desde que tomó posesión de su cargo fue darle un impulso renovado al multilateralismo como instrumento de resolución de conflictos en la región. Y la Carta es expresión de ese multilateralismo, que ya había dado signos de vitalidad en casos como el de la rivalidad entre Ecuador y Perú, en los conflictos internos de Paraguay, en la restauración de la democracia en Perú y en el acuerdo de Argentina y Chile sobre hielos continentales, entre otros.

No todo fueron éxitos, por supuesto. Una de las intenciones de Gaviria cuando llegó a la secretaría de la OEA era recuperar a Cuba para el sistema interamericano. Pero pudo más la intolerancia de Fidel Castro que las buenas intenciones de Gaviria, y Cuba, por decisión de su viejo dictador, siguió aislada del resto de países de la región.

Tampoco valieron mucho los esfuerzos por recuperar el sistema democrático en Haití. Como lo reconoció el secretario en su discurso de despedida en la asamblea general de la organización realizada a principios de mes en Quito, ``Haití ha demostrado ser un caso demasiado difícil para la OEA''. Y ésa es, sin duda, una de sus mayores frustraciones.

Pero el catálogo de realizaciones supera, con mucho, al de los posibles fracasos. El sistema interamericano de derechos humanos está más activo que nunca. Las misiones de observación electoral de la OEA han hecho un gran aporte a la consolidación de la democracia en la región. Se han hecho grandes avances en materia de seguridad -tema prioritario después de los hechos del 11 de septiembre- y la adopción de la Estrategia Antidrogas del Hemisferio representa un paso significativo hacia la cooperación continental en la lucha contra el narcotráfico y la drogadicción.

La OEA ha estado muy activa, además, a nivel técnico, en el estudio y definición de los cambios que requiere la región para sacar provecho de los acuerdos de libre comercio, con miras a convertir el ALCA en un instrumento de desarrollo sostenible para los países del hemisferio. El decenio de Gaviria, en conclusión, ha sido muy provechoso, no sólo para la Organización en sí -que ha recuperado su prestigio y ha entrado en un acelerado proceso de modernización-, sino para la democracia a nivel continental. Y estoy seguro de que el ex presidente de Costa Rica Miguel Angel Rodríguez, el nuevo secretario, seguirá por esa misma ruta.

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