MCONDO EN MIAMI
El Nuevo Herald MCONDO EN MIAMI "Si hace unos años la disyuntiva del escritor joven [en América Latina] estaba entre tomar el lápiz o la carabina, ahora parece que lo más angustiante para escribir es elegir entre Windows 95 o Macintosh". La frase, tomada de la presentación que le hicieron Alberto Fuguet y Sergio Gómez al libro McOndo, una antología de nueva literatura hispanoamericana editada en 1996, resume el sentimiento de muchos escritores jóvenes de la región que crecieron a la sombra del boom y tuvieron que luchar a brazo partido para liberarse de sus fantasmas. Pero no son los únicos representantes de esa vanguardia literaria que comienza a tomar fuerza en la región que le dijeron sí al Miami Dade College. También vino el escritor mexicano Ignacio Padilla, uno de los líderes del grupo Crack, que lanzó su manifiesto en 1996 -el mismo año en que se publicó McOndo- y que marcó un verdadero hito en las letras mexicanas. McOndo y el libro mexicano del Crack, dos proyectos grupales de gran repercusión, son considerados hoy en día como el punto de arranque de una nueva narrativa latinoamericana. Una narrativa con los pies en la tierra y de una gran universalidad. "En nuestro McOndo -escribieron Fuguet y Gómez-, como en Macondo, todo puede pasar, claro que en el nuestro cuando la gente vuela es porque anda en avión o están muy drogados". Además de su realismo -al que algunos han dado en denominar virtual, para diferenciarlo del realismo mágico de sus antecesores- la nueva generación de escritores latinoamericanos tiene una formación universal. "Nosotros -escribió alguna vez Jorge Volpi, coeditor de Crack- no estamos en busca de una identidad nacional o latinoamericana en nuestra literatura. Nosotros usamos la literatura como una forma de expresión''. Fuguet y Paz Soldán tienen una gran influencia de la cultura norteamericana (y del cine de Hollywood). De hecho, Fuguet nació y vivió en California antes de radicarse definitivamente en Chile, y Paz Soldán es profesor de literatura en Cornell desde hace varios años. Padilla -que ha vivido en Londres, como agregado cultural de la embajada de su país- y otros miembros de Crack, como Volpi -que vive en París- son, por decirlo de alguna manera, más europeos. Pero todos han bebido en las fuentes de la literatura latinoamericana, ya sea para tenerla de antimodelo, como en el caso de Gabriel García Márquez, o de referente, como en caso de Roberto Bolaño. Lo cierto es que la Feria Internacional del Libro de Miami, además de darles la oportunidad a los habitantes de esta ciudad de ver y oír a escritores tan importantes como Toni Morrison y Mario Vargas Llosa, ha tenido la singularidad de contar con varios de los autores latinoamericanos que estarán en primer plano en los años por venir. No deja de ser interesante escuchar en sus treinta -Fuguet nació en 1964, Paz Soldán en 1967 y Padilla en 1968- a quienes a la vuelta de unos años (porque no suelen elegir escritores muy jóvenes) pueden ser los ganadores de un Nobel. Y eso hay que agradecérselo al Miami Dade College y a Eduardo Padrón, su activo presidente. Copyright (c) 2003 The Miami Herald |